30 de julio de 2013

Cambiar de actitud en el trabajo

La actitud es determinante a la hora de alcanzar el bienestar no sólo en el plano personal sino también, en el trabajo. A veces, el ser humano comete el error de hacer siempre las cosas del mismo modo, de esta forma, también obtiene siempre resultados semejantes. Esta es una de las razones por las que merece la pena cambiar y evolucionar.

Es decir, apostar por la creatividad como una habilidad determinante desde un punto de vista social. Por ejemplo, puede que te lleves mal con un compañero de trabajo y que dicho malestar, sea un obstáculo para ti en dicho empleo. Intenta cambiar tu actitud respecto a él. Haz el esfuerzo por empezar de nuevo, ten una actitud más positiva, toma la iniciativa en los diálogos, cuida los pequeños detalles…

En las relaciones interpersonales es bueno dar más de una oportunidad. Por otra parte, también existe la posibilidad de dejar de centrar la atención en esa persona para abrir el mapa mental y ver más allá. Es decir, ignora ese hecho y céntrate en tu trabajo, en tu motivación, en el resto de compañeros de la empresa…

Además, también existen otras situaciones a nivel laboral en las que se debe cambiar de actitud. Por ejemplo, el aburrimiento es responsabilidad propia y exclusiva de aquel que se aburre. Si este es tu cambio, intenta hacer cosas nuevas, recuperar la ilusión en la oficina, apuesta por la formación para tener nuevas ideas… Intenta superarte a ti mismo y rompe con la rutina.

Por otro lado, después de un tiempo en la empresa, muchas personas se dejan llevar por el conformismo de dar lo mínimo. Por ello, cambia de actitud y recupera la ilusión de un recién licenciado que tiene ganas de descubrir el mundo. Aporta tu talento con generosidad y no esperes más reconocimiento que el que te das a ti mismo. Por ello, cada día debes decirte: “He hecho un buen trabajo”.